ARTE DE NICARAGUA.
NICARAGUA
En las últimas dos décadas hay que ubicarlo, dentro de sus crisis históricas. En 1980 con el triunfo de la Revolución Sandinista (1979), se forma el Ministerio de Cultura y se crea un programa destinado al rescate y difusión del patrimonio cultural. A pesar de su situación política, floreció un desarrollo artístico multicultural y pluralista. La mujer adquiere especial importancia en este período; surgen las primeras instalaciones, el ensamblaje de objetos encontrados y la escultura con medios no convencionales.
Destacan: Denis Núñez (1954), pintura de acción, pinceladas gestuales; universo lúdico y fantástico.
Ernesto Cuadra (1951), pintor gestual, instalaciones y performances.
David Ocòn (1949), utiliza la iconografía de la historia y de la cultura popular. También realiza esculturas constructivista con materiales no tradicionales.
Luis Morales (1960), se aparta de las técnicas tradicionales y utiliza láminas de metal para crear esculturas y obras bidimensionales con un lenguaje precolombino. Instalaciones, esculturas, dibujo, pintura y fotografía; representa contextos históricos y culturales.
Además de las propuestas individuales, se forman colectivos como “Artefacto” (1992). Es un arte experimental y realizan exposiciones independientes. Los integrantes del grupo y de la revista del mismo nombre son: David Ocòn, Denis Núñez, Raúl Quintanilla, Aparicio Arthola, Patricia Belli y Teresa Codina.
Aparicio Arthola (1951), pintor y escultor neoexpresionista, se caracteriza por su dramatismo y estética anticonvencional.
Patricia Belli (1964), la más polifacética: pintura y escultura. Assemblage, instalaciones (experimentación conceptual y uso de textiles como material escultórico). Combina materiales no tradicionales como: telas cosidas, espinas o prendas de vestir. Costuras aluden heridas y cicatrices, que llevan un proceso de sanación y regeneración. Con sus muñecas de trapos, cuerdas y poleas; critica los abusos del poder y la instrumentalización del ser humano.
En el neo-vanguardismo, la presencia de la mujer es fundamental: Patricia Villalobos (1965), el tema de la transculturación (alude a su problemática personal, residente en Estados Unidos y a su existencia bilingüe). Grabados, pintura, fotografía y videos instalaciones.
Cristina Cuadra (1966), diversidad de estilos: esculturas metálicas, objetos manufacturados y performances al aire libre, social, colectiva que involucra al espectador.
María Gallo (1954), su pintura domina el tema de la mujer. Trabaja sus xilografías con collages de papel celofán; usa materiales pobres y no tradicionales. Sus instalaciones tratan el tema de la violencia social.
Rodrigo González (1965), neo-informalista, sus instalaciones y las pinturas matèricas, aborda el tema del medio ambiente y la marginalidad.
Reynaldo Fernández Tèfel (1969), propone un nuevo concepto de la pintura; cuestiona el límite de lo manual y los soportes convencionales. Explora el problema de la transculturación.
Javier Valle (1973), su pintura es más tradicional, afín al surrealismo.
Alicia Zamora (1978), sus grabados y xilografías es neo-expresionista, usuaria de soportes no tradicionales.
La Fotografía, adquiere su mayor desarrollo en la década de 1980, dentro del contexto revolucionario. Debido al impacto y poder comunicativo de las imágenes. El género documental y el fotoperiodismo, toman un gran auge; aparecen notables artistas en su mayoría mujeres.
Destacan: Margarita Montealegre (1956), fotoperiodismo. Celeste González (1954), fotografía digital. Sobresalen de manera especial; María José Álvarez (1955) y Claudia Gordillo(1954), llevan a cabo un rescate antropológico, artístico y cultural de la costa Caribe nicaragüense.
En el año 2001, surgió TAJo (Taller de arte joven). Su principal impulsora es Patricia Belli. Uno de los principales objetivos de ella es “construir capacidades críticas en artistas jóvenes y fomentar una visión del arte generadora de cuestionamientos estéticos, sociales, políticos y culturales”. Entre sus proyectos más recientes es el desarrollo de un arte público, en las calles de Managua; para que el arte salga de los museos y galerías y llegue a formar parte de la vida diaria.
En el 2003 estos artistas menores de 30 años recibieron un merecido reconocimiento en la IV Bienal Nicaragüense de Artes Visuales; Wilbert Carmona (1983), fue el ganador del primer lugar. Las obras de Luzby Martínez (1972) y Valentina Bosio (1981) fueron valoradas positivamente. Figuran entre los nuevos valores, Rodrigo Pacheles pasos (1981) y Ernesto Salmerón Castro (1977). Todos ellos son usuarios del Video, los performances, el arte conceptual y las multimedia.
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